Piensa quiénes en tu barrio se podrían sumar e invítalos a participar: familia, amigos, vecinos, colegios, centros comunitarios y organizaciones civiles. ¡No tienes por qué hacerlo solo! Ellos se pueden involucrar para gestionar el malón.

Atrévete a romper el hielo y toca el timbre de tu vecino. O mándale un mensaje por celular. ¡Seguro que se anima! ¡Puedes armar un grupo de Whatsapp y conectar a más personas!
Definan en conjunto un lugar. Puede ser tu misma calle, una plaza cercana, un pasaje, una cancha, etc. Solo necesitan un espacio que permita reunirse en torno a una gran mesa para compartir una comida.
En caso que requieras cerrar tu calle, puede solicitar el permiso a tu municipalidad y ocupar la carta tipo que viene en tu caja malonera.

El malón es una comida colaborativa: invita a tus vecinos a que traigan algo para compartir.

Definan la decoración: ¡Recuerda que ésta es una gran fiesta! Vistan la calle entre todos usando banderines, plantas, flores y siendo creativos en transformar el espacio. No te olvides de invitar a los niños y a las personas de tercera edad de tu comunidad.

Piensa en cosas prácticas: es bueno definir encargados y asignar tareas. No tengas miedo en pedirle a tus vecinos que aporten sacando sus sillas o mesas a la calle. Todos pueden contribuir al éxito de esta fiesta.
Haz que todos se involucren en El Gran Malón.

Llegó el día del Malón y es momento de disfrutar de la conversación con tus vecinos y de la deliciosa comida preparada.

Invita a tus vecinos a escucharse y soltar la lengua. Para ello, puedes sugerir temas que se relacionen con cosas que están pasando en tu barrio. La pregunta de la mesa puede ser: ¿Cómo te involucras con tu comunidad? (escriban las respuestas en el cartel)
Asegúrate que ese día todos lo pasen bien. ¡Es hora de conocernos y compartir!

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